6/6/14

DE COMUNIÓ

Dénia, 2014

1 comentari:

  1. Nos hallamos (o no) ante una fotografía costumbrista. El ojo educado puede disfrutar advirtiendo variopintos matices, por ejemplo: El hombre que decide formar parte de la sillería de la Iglesia. El juego del pavimento, entre la sombra inhumana y el delirio decorativo. La placa ilegible. El bolsillo transparente. El zócalo que sustenta la cabeza ayudando a los hombros. El ojo mal educado también puede disfrutar, ciertamente. Pero es otra cosa.

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