Se echa de menos que el autor no haya tirado de trípode y, en un ir y venir, se hubiera efectuado una ráfaga de fotos así mismo, ora rompiendo los cielos ora rompiendo las olas. ¡Pena de oportunidaz perdida!
Se echa de menos que el autor no haya tirado de trípode y, en un ir y venir, se hubiera efectuado una ráfaga de fotos así mismo, ora rompiendo los cielos ora rompiendo las olas. ¡Pena de oportunidaz perdida!
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